SOBREPROTECCIÓN EN LA ADOLESCENCIA

PROPREFAME CIJARA ( Programa Prevención con Familias y Menores)

SOBREPROTECCIÓN EN LA ADOLESCENCIA:

No dejar que los jóvenes se equivoquen, se responsabilicen de sus tareas o solucionen sus problemas, así como mostrar una preocupación excesiva por su seguridad o controlar sus relaciones personales, les impide desarrollar su autonomía y autoconfianza, cultivar su esfuerzo, paciencia y disciplina.

Qué complicado resulta en ocasiones para las familias con un hijo adolescente en casa, darle la libertad y la autonomía que precisa para crecer. Regalarle el espacio que necesita para empezar a volar solo y conocer el mundo que le rodea como él desea.

Permitirle que empiece a tomar sus propias decisiones, aunque cometa errores. Qué difícil resulta aceptar que un hijo o hija ha llegado a la adolescencia casi sin darnos cuenta. A los padres es normal que el instinto les mueva a protegerles de situaciones retadoras que pueden ponerles en peligro o hacerles sentir mal. Sienten la necesidad de evitarles el sufrimiento, protegerles de posibles riesgos, rescatarles de emociones complejas o evitarles que se frustren por miedo a dañar su autoestima. Una protección natural e instintiva que puede acabar siendo excesiva, limitando al joven más que ayudándolo.

Sobreproteger es proteger a un adolescente cuando lo necesita, y normalmente los padres y madres actúan movidos por los propios miedos, inseguridades o expectativas desacertadas.

Un acompañamiento basado en la dependencia que lleva a no dejar que los hijos se equivoquen, que se responsabilicen de sus tareas o encuentren la solución a sus problemas, en ocasiones después de equivocarse o no conseguir lo que pretenden a la primera. Mostrando una preocupación excesiva por su seguridad, tendiendo a monitorizar las actividades que realizan o autocontrolando las relaciones personales que establecen, llegando a colmarle de regalos que no necesita para que se sienta feliz, a cuidarlo de forma innecesaria o a alabar desmesuradamente sus cualidades olvidando sus defectos.

Un joven sobreprotegido tendrá pánico al error, no será capaz de responsabilizarse de sus obligaciones ni modular o gestionar correctamente sus emociones.

Necesita a su lado a adultos que le muestren su confianza, que le animen a marcarse objetivos, que le regalen el tiempo que necesita para aprender. Que le recuerden a diario que la vida se compone d aciertos y desaciertos y que están a su lado sin condición.

El Pais.

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PROPREFAME CIJARA (Programa Prevención con Familias y Menores)

SOBREPROTECCIÓN EN LA ADOLESCENCIA:

No dejar que los jóvenes se equivoquen, se responsabilicen de sus tareas o solucionen sus problemas, así como mostrar una preocupación excesiva por su seguridad o controlar sus relaciones personales, les impide desarrollar su autonomía y autoconfianza, cultivar su esfuerzo, paciencia y disciplina.

Qué complicado resulta en ocasiones para las familias con un hijo adolescente en casa, darle la libertad y la autonomía que precisa para crecer. Regalarle el espacio que necesita para empezar a volar solo y conocer el mundo que le rodea como él desea.

Permitirle que empiece a tomar sus propias decisiones, aunque cometa errores. Qué difícil resulta aceptar que un hijo o hija ha llegado a la adolescencia casi sin darnos cuenta. A los padres es normal que el instinto les mueva a protegerles de situaciones retadoras que pueden ponerles en peligro o hacerles sentir mal. Sienten la necesidad de evitarles el sufrimiento, protegerles de posibles riesgos, rescatarles de emociones complejas o evitarles que se frustren por miedo a dañar su autoestima. Una protección natural e instintiva que puede acabar siendo excesiva, limitando al joven más que ayudándolo.

Sobreproteger es proteger a un adolescente cuando lo necesita, y normalmente los padres y madres actúan movidos por los propios miedos, inseguridades o expectativas desacertadas.

Un acompañamiento basado en la dependencia que lleva a no dejar que los hijos se equivoquen, que se responsabilicen de sus tareas o encuentren la solución a sus problemas, en ocasiones después de equivocarse o no conseguir lo que pretenden a la primera. Mostrando una preocupación excesiva por su seguridad, tendiendo a monitorizar las actividades que realizan o autocontrolando las relaciones personales que establecen, llegando a colmarle de regalos que no necesita para que se sienta feliz, a cuidarlo de forma innecesaria o a alabar desmesuradamente sus cualidades olvidando sus defectos.

Un joven sobreprotegido tendrá pánico al error, no será capaz de responsabilizarse de sus obligaciones ni modular o gestionar correctamente sus emociones.

Necesita a su lado a adultos que le muestren su confianza, que le animen a marcarse objetivos, que le regalen el tiempo que necesita para aprender. Que le recuerden a diario que la vida se compone de aciertos y desaciertos y que están a su lado sin condición.

El Pais.